viernes, 28 de septiembre de 2007


Friedrich es uno de los grandes exponentes del Romanticismo pictórico alemán. Estudió en la academia de Copenhague y viajó a diferentes lugares de Alemania. En él se observa un profundo sentimiento hacia la Naturaleza. Esta es una característica común en el Romanticismo alemán, no sólo en el ámbito pictórico, sino también en el literario o filosófico). Los paisajes de la producción de Friedrich se circunscriben al norte de Alemania. Es un gran observador de la Naturaleza, pero no por ello deja de lado otros temas como son la figura humana o el sentimiento religioso.
Sus paisajes son maravillosos y de ellos emana una luz clara y diáfana. Los árboles, colinas y montañas se envuelven en una mágica bruma. Sus ambientes destilan gran misticismo religioso. A ello remite una de sus más conocidas pinturas, Cruz en la Montaña, la cual presentó en 1808. El simbolismo espiritual es una constante en su producción. Sus figuras suelen aparecer de espaldas al espectador. Así consigue el que nos identifiquemos con estos personajes ya que nos hacen partícipes de la composición. Las figuras son representadas a una escala mucho menor que el paisaje. Sus personajes son mínimos ante la inmensidad de la Naturaleza y la omnipotencia de sus fuerzas.

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